viernes, 22 de julio de 2016

TRAICION


Es duro aceptar y darnos cuentas que hemos sido traicionadas ya sea por un esposo, novio, amigo@, familiar, o cualquier otra persona en la que hemos depositado nuestra confianza, es triste y doloroso.

 Es triste despertar y darnos cuenta que nuestra realidad es esa, que hemos sido traicionadas y peor  aun cuando esa traición viene de esa persona  tan amada. Nos sentimos heridas, traicionadas y hasta llegamos a sentirnos que no somos amadas.

Nunca pensamos sentir esa traición y nos duele hasta el alma porque le dimos toda nuestra entera confianza y esa persona nos apuñalo por la espalda.

No es fácil perdonar y olvidar bueno todas sabemos que también es difícil,  pero con Dios todo es posible. Podemos perdonar siiii claro, pero no es tan fácil como se cree.  Nada es imposible para Dios.

Hay personas que dicen yo te perdono pero no  olvido….

Solo se y solo te puedo decir que dejes todo el dolor y el sufrimiento por el cual estas pasando en las manos de Dios. Él es el único que tiene el poder para ayudarnos a perdonar, ayudarnos a olvidar y ayudarnos a sanar todas nuestras heridas. Confía en Dios y el hará.

Deposita tu confianza en Dios y veras que él no te va a fallar. Dios es nuestro sustento en momentos así.

Tenemos que aprender a perdonar y aprender a olvidar toda traición, todo sufrimiento y todo dolor que nos hayan causado, no importando de quien venga la traición. Aprendamos a perdonar y a olvidar y veras que tu vida será otra porque cuando sacamos de nuestro corazón y de nuestra alma todo lo que nos impide agradar a Dios estamos mar cerca de él.

No te pido que lo hagas de cantazo porque sé que no es fácil y más cuando nos sentimos vulnerables, sensibles y heridas pero dale tiempo al tiempo y deja todo lo demás en las manos de Dios que él se encargara de poner las cosas en su lugar.

Ahora bien tampoco es que te dejes tomar de lo que no eres, porque sabemos que hay personas que nos lastiman una y otra vez y otra vez y otra vez y nunca van a dejar de lastimarnos y de hacernos daños hasta que le pongamos un alto y digamos basta ya. También tenemos que darnos nuestro lugar y valorarnos como mujeres de Dios que somos.

Recuerda que eres única, valiosa, hermosa y que No Hay Mujer Fea.

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