Es duro
aceptar y darnos cuentas que hemos sido traicionadas ya sea por un esposo,
novio, amigo@, familiar, o cualquier otra persona en la que hemos depositado
nuestra confianza, es triste y doloroso.
Es triste despertar y darnos cuenta que
nuestra realidad es esa, que hemos sido traicionadas y peor aun cuando esa traición viene de esa
persona tan amada. Nos sentimos heridas,
traicionadas y hasta llegamos a sentirnos que no somos amadas.
Nunca
pensamos sentir esa traición y nos duele hasta el alma porque le dimos toda
nuestra entera confianza y esa persona nos apuñalo por la espalda.
No es
fácil perdonar y olvidar bueno todas sabemos que también es difícil, pero con Dios todo es posible. Podemos perdonar
siiii claro, pero no es tan fácil como se cree. Nada es imposible para Dios.
Hay personas
que dicen yo te perdono pero no olvido….
Solo
se y solo te puedo decir que dejes todo el dolor y el sufrimiento por el cual
estas pasando en las manos de Dios. Él es el único que tiene el poder para
ayudarnos a perdonar, ayudarnos a olvidar y ayudarnos a sanar todas nuestras
heridas. Confía en Dios y el hará.
Deposita
tu confianza en Dios y veras que él no te va a fallar. Dios es nuestro sustento
en momentos así.
Tenemos
que aprender a perdonar y aprender a olvidar toda traición, todo sufrimiento y
todo dolor que nos hayan causado, no importando de quien venga la traición. Aprendamos
a perdonar y a olvidar y veras que tu vida será otra porque cuando sacamos de
nuestro corazón y de nuestra alma todo lo que nos impide agradar a Dios estamos
mar cerca de él.
No te
pido que lo hagas de cantazo porque sé que no es fácil y más cuando nos
sentimos vulnerables, sensibles y heridas pero dale tiempo al tiempo y deja
todo lo demás en las manos de Dios que él se encargara de poner las cosas en su
lugar.
Ahora
bien tampoco es que te dejes tomar de lo que no eres, porque sabemos que hay
personas que nos lastiman una y otra vez y otra vez y otra vez y nunca van a
dejar de lastimarnos y de hacernos daños hasta que le pongamos un alto y
digamos basta ya. También tenemos que darnos nuestro lugar y valorarnos como
mujeres de Dios que somos.
Recuerda
que eres única, valiosa, hermosa y que No Hay Mujer Fea.
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